El neuroblastoma es un tipo muy raro de tumor canceroso que se desarrolla a partir de tejido nervioso. Normalmente se presenta en bebés y ...

¿Qué es el Neuroblastoma?

El neuroblastoma es un tipo muy raro de tumor canceroso que se desarrolla a partir de tejido nervioso. Normalmente se presenta en bebés y niños.




Causas

Se desarrolla a partir de tejidos que forman el sistema nervioso simpático, la parte del sistema nervioso que controla funciones del organismo como la frecuencia cardíaca y la presión arterial, la digestión y los niveles de ciertas hormonas.
La mayoría de los neuroblastomas comienzan en el abdomen, en las glándulas suprarrenales, cerca de la médula espinal o en el tórax. Los neuroblastomas pueden diseminarse a los huesos. Esto incluye la cara, el cráneo, la pelvis, los hombros, los brazos y las piernas. También se puede diseminar a la médula ósea, el hígado, los ganglios linfáticos, la piel y alrededor de los ojos (órbitas).
La causa del tumor se desconoce. Los expertos creen que un defecto en los genes puede ser parte del problema. La mitad de los tumores están presentes desde el nacimiento. El neuroblastoma se diagnostica con mayor frecuencia en los niños antes de los cinco años. Cada año, hay alrededor de 700 nuevos casos en los Estados Unidos. Este trastorno se presenta en aproximadamente 1 de cada 100,000 niños y es ligeramente más común en los varones.
En la mayoría de los pacientes, cuando se llega al diagnóstico, el neuroblastoma ya se ha diseminado.

Síntomas

Los primeros síntomas generalmente son fiebre, una sensación de indisposición general (malestar) y dolor. También se puede presentar inapetencia, pérdida de peso y diarrea.
Otros síntomas dependen del sitio del tumor y pueden incluir:
  • Dolor o sensibilidad en los huesos (si el cáncer se disemina a los huesos)
  • Dificultad respiratoria o tos crónica (si el cáncer se disemina al tórax)
  • Agrandamiento del abdomen (por un tumor grande o exceso de líquido)
  • Piel sonrojada, enrojecida
  • Piel pálida y de color azul alrededor de los ojos
  • Sudoración profusa
  • Frecuencia cardíaca rápida (taquicardia)
Los problemas del cerebro y del sistema nervioso pueden incluir:
  • Incapacidad para vaciar la vejiga
  • Pérdida del movimiento (parálisis) en cadera, piernas o pies (extremidades inferiores)
  • Problemas con el equilibrio
  • Movimientos incontrolables del ojo o movimientos de las piernas y los pies (llamados síndrome de opsoclonía-mioclonía u "ojos y pies danzantes")

Pruebas y exámenes

El proveedor de atención médica examinará al niño. Según la ubicación del tumor:
  • Puede haber una protuberancia o masa en el abdomen.
  • El hígado puede estar agrandado si el tumor se ha diseminado hasta dicho órgano.
  • Puede haber hipertensión arterial y frecuencia cardíaca rápida si el tumor se encuentra en la glándula suprarrenal.
  • Los ganglios linfáticos pueden inflamarse.
Se toman radiografías y se hacen otros exámenes imagenológicos para localizar el tumor principal (primario) y para ver hasta dónde se ha propagado. Dichos exámenes incluyen:
  • Gammagrafía ósea
  • Radiografías de los huesos
  • Radiografía del tórax
  • Tomografía computarizada del tórax y el abdomen
  • Resonancia magnética del tórax y el abdomen.

Tratamiento

El tratamiento depende de:
  • La ubicación del tumor
  • Cuánto y a dónde se ha propagado el tumor
  • La edad del paciente
En ciertos casos, la cirugía sola es suficiente, pero con frecuencia también se requieren otras terapias. Se pueden recomendar medicamentos anticancerosos (quimioterapia) si el tumor se ha diseminado. También se puede utilizar la radioterapia.
La quimioterapia en dosis altas, seguida de autotrasplante de células madre, se está estudiando para su uso en niños con tumores de muy alto riesgo. Esto es lo que le han hecho a Alberto.

Expectativas (pronóstico)

El desenlace clínico (resultado) varía. En los niños muy pequeños, el tumor puede desaparecer por sí solo, sin ningún tratamiento, o los tejidos del tumor pueden madurar y transformarse en un tumor benigno (no canceroso) llamado ganglioneuroma, que puede extirparse quirúrgicamente. En otros casos, el tumor se disemina con rapidez.
La respuesta al tratamiento también varía. El tratamiento a menudo es eficaz si el cáncer no se ha propagado. Si se ha diseminado, el neuroblastoma es mucho más difícil de curar. A los niños más pequeños con frecuencia les va mejor que a los niños mayores.
Los niños que reciben tratamiento para un neuroblastoma pueden estar en riesgo de padecer un segundo cáncer diferente en el futuro.

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